Traducción e introducción de M. Fernández-Galiano. Revisión
de L. A. de Cuenca y Prado.
El oscuro, enigmático, erudito y pretencioso Licofrón fue poeta y filólogo en Alejandría en la primera mitad del siglo ni a. C. La Alejandra es un poema desmesurado, un largo monólogo épico-lírico, una larga narración mitológica, recargada de simbolismos, enigmas y nombres propios enmascarados por alusiones eruditas. Es la cumbre del amaneramiento de la poesía helenística, «absurdo espécimen del gusto típicamente alejandrino por lo erudito, rebuscado, aun pedantesco», como señala M. Fernández-Galiano, su admirable traductor, en el prólogo.
Por todo eso, es también este un poema singularmente famoso, mistérico, de ciertas concomitancias con algunas tendencias rebuscadas de la poesía culturalista de nuestro siglo.
Después de la excelente versión española de L. Masciali- no (editada en Barcelona, 1956), M. Fernández-Galiano, un maestro en captar el encanto y la docta resonancia de toda esa poesía helenística, tradujo el arduo poema en dos versiones: una rítmica y muy literal, y otra en prosa y perifrástica, para facilitar una comprensión cabal del poema de Licofrón.
La toma de Ilion
Traducción e introducción general de E. Fernández Galiano.
Revisión de L. A. de Cuenca.
No llegan a setecientos los versos hexamétricos de este poema épico que vuelve a contar, con un léxico aún homérico y en el metro tradicional, la caída de la gloriosa Troya. Desde Egipto y probablemente hacia mediados del siglo iv de nuestra Era, este poeta nacido en la región de Panópolis —de donde procedían también Nono, Horapolo, Pampre- pió, y sus vecinos Plotino y Coluto— vuelve a poetizar brevemente episodios de la saga troyana, unos mil doscientos años después que su gran maestro, Homero. Este poético y patético epilio es cuanto nos ha llegado de su obra, de la que el léxico bizantino de Suidas cita algún otro título. Nono lo imitó en algún pasaje de sus Dionisíacas.
Emilio Fernández Galiano es investigador en el CSIC en Madrid.
El rapto de Helena
Traducción
e introducción de E. Fernández-Galiano.
Revisión de L. A. de Cuenca.
Con sus 392
hexámetros y compuesto a comienzos del siglo vi de nuestra Era, por este poeta
nacido en Licópolis de Egipto, El rapto de Helena es un breve epígono
tardío de esa larga tradición épica que se origina con el patriarca Homero.
Licópolis (hoy Assiut) era una ciudad de la Tebaida, en las orillas del Nilo,
próxima a Panópolis; una ciudad con cierto prestigio y ambiente cultural
refinado, pues allí había nacido y vivido el gran Plotino, unos siglos antes de
Coluto. Breve, un tanto amanerado poema, de lengua difícil y artificiosa, este
epilio está en la misma estela que La toma de Ilion de Trifiodoro (junto
al cual se publica aquí) y que los Post- homerica de Quinto de Esmirna.
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