Vida de Pitágoras
Traducción e introducción de M. Periago Lorente.
Revisión de E. Fernández-Galiano.
Nacido en Tiro, Fenicia, en 234, Porfirio estudió en Atenas, vivió largo tiempo en Roma y en Sicilia, fue discípulo fiel de Plotino, y murió hacia comienzos del siglo iv, siendo emperador Diocleciano. Aunque Suidas da el nombre de setenta y dos escritos suyos, tan solo veintiuno han llegado hasta nosotros.
Pero bastan para darnos una idea de la enorme cultura y excelente formación de este pensador que comentó a los grandes filósofos, fue un buen filólogo y admirador de Homero y, desde su neoplatonismo pagano, escribió contra los cristianos; supo de matemáticas y astronomía, de religión y teología, de gramática y retórica y crítica literaria, de historia y de la filosofía en su conjunto (metafísica, física, lógica y ética). A su gran erudición unía Porfirio una religiosidad ilustrada propia de su tiempo, con claros influjos orientales y un notable gusto retórico. Es, desde luego, una de las últimas grandes figuras del helenismo pagano, empapado de tradición clásica, pero ya con una sensibilidad distinta a la del mundo clásico. Neopitagorismo y neoplatonismo van unidos en su manera de sentir y pensar la filosofía y la piedad, y la lectura de sus obras nos revela claramente ese curioso eclecticismo entre lo heleno y lo oriental. Sus escritos son además interesantes por la gran cantidad de noticias que nos dan sobre otros filósofos anteriores, sobre costumbres y ritos, mitos y fragmentos de textos hoy perdidos.
La Vida de Pitágoras es, junto con la de Diógenes Laercio y la de Jámblico, un tardío testimonio de la tradición biográfica acerca del gran presocrático fundador de una secta tan influyente como mistérica. La Vida de Platino evoca la figura de su gran maestro. El tratado Sobre la abstinencia resulta interesantísimo no solo por sus ideas y comentarios, sino también por los pasajes y mitos que recoge, testimonios singulares sobre el orfismo y el pitagorismo, y sobre algunos filósofos antiguos. El antro de las Ninfas es un curioso comentario alegórico a un célebre pasaje homérico, un estupendo ejemplo de un tipo de exégesis que los neoplatónicos ensayaron con gran habilidad.
Sobre la abstinencia, el antro de las Ninfas y la Vida de Pitá- goras se han traducido ahora por primera vez al castellano. J. Igal recogió su versión de la Vida de Platino como prólogo a las Enéadas. Todos estos textos van acompañados de introducciones muy útiles y notas eruditas que facilitan su cabal comprensión y su enmarcación en el contexto cultural de su tiempo. Los distintos traductores han logrado con estos prólogos y notas un excelente trabajo exegético a un autor difícil y complejo.
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